domingo, 17 de junio de 2012

Software: ¿arte?

Hernando Barragán enuncia una defensa al código como arte, separándose de las definiciones que ponen al arte de software junto al video arte y mostrando ejemplos en los que el código tiene potencial para crear conocimiento desde el arte.
Este tipo de conflictos siempre me han generado un raro sentimiento. Tal vez tenga que ver mi formación en arte, en la cual nunca he tenido problema alguno en si una obra corresponde a cierta materialidad o no, más bien en que significaciones tiene la obra y que le aporta la materialidad a esta. Ahí es un lugar desde el cual me parece que está lo más interesante, ¿cómo puede una obra hecha a partir de un código poner en la discusión temas acerca de este mismo? Para responder sólo puedo hacerlo desde mi lugar, lugar, que parta ponerlo en pocas palabas es tocado por temas como la micropolítica y su relación con la macropolítica. En este sentido la obra de 0100101110101101.ORG me detonó vectores a seguir. El software es un medio en el que confiamos incondicionalmente, una obra de software no esperaríamos que fuera un virus, creemos que un software sólo realiza lo que le pedimos, pero no nos cuestionamos que información recaba y que usos tiene está, Facebook capitaliza con nuestra información personal, Google busca recopilar cualquier información en una búsqueda cuasi-1984, que páginas usamos y que información les damos también es una decisión política, así como el software que usamos y como lo usamos.
Para mí (claro, sin excluir otros esfuerzos) un software que genere conocimiento alrededor de su mismo medio sería aquel que enuncia desde los usos políticos que tiene este

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